La denominación "La Perla de América" para Santa Marta se atribuye a la combinación de su belleza natural, su rica historia y su importancia estratégica. Este apelativo refleja la impresionante ubicación de la ciudad entre la Sierra Nevada y el Mar Caribe, así como su papel significativo en la historia colombiana y su pasado como uno de los primeros asentamientos coloniales en América. La designación resalta la diversidad geográfica y cultural de Santa Marta, convirtiéndola en una "perla" preciosa en el contexto de América Latina
"La Ostra de la Fortuna" En el puerto de santa marta.
Santa Marta, la primera ciudad de Colombia, fundada por Rodrigo de Bastidas en 1525, tiene una historia que se remonta a 1501, cuando Bastidas y Juan de la Cosa exploraron la bahía. Los indígenas de la zona, ingenieros y orfebres destacados, dejaron su huella en sitios arqueológicos como Pueblito y Ciudad Perdida.
La ciudad sufrió conflictos con los taironas hasta la pacificación en 1600. Durante la colonia, los españoles se concentraron en la llanura entre la Sierra y el mar, fundando ciudades como Santa Marta, Ciénaga, Riohacha y Valledupar.
En el siglo XVII y XVIII, Santa Marta se enfrentó a ataques piratas, lo que llevó a la construcción de fuertes. Entre las construcciones coloniales destacan la Catedral, la Casa de la Aduana y el Seminario San Juan Nepomuceno.
En 1810, se formó una Junta de Gobierno en Santa Marta, pero el coronel francés Labatut, al servicio de Cartagena, la saqueó en 1813. Tras la expulsión de Labatut, Pablo Morillo llegó para preparar la reconquista.
La independencia llegó en 1820, con la entrada de las tropas libertadoras de Carreño. En 1834, un terremoto afectó a la ciudad, y en las décadas siguientes, su población disminuyó a pesar de algunos avances como la Caja de Ahorros y la Gaceta Mercantil.
Santa Marta fue el principal puerto de la Nueva Granada en el siglo XIX, pero su dinámica comercial no evitó la disminución de su población.
"El Morro de Santa Marta: Guardián Histórico y Símbolo de Resistencia"
El imponente peñasco conocido como El Morro, ubicado frente a la Bahía de Santa Marta, ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la ciudad. Esta prominente formación rocosa, situada a solo 2,5 kilómetros de la costa, ha sido testigo y protector contra ataques piratas, además de servir como prisión durante la época de independencia.
Construida en el siglo XVII por colonizadores españoles, la fortificación en El Morro fue esencial para la defensa de la ciudad. Su posición estratégica permitía la observación y detección de barcos enemigos que se aproximaban, buscando asegurar las riquezas de Santa Marta.
En la actualidad, El Morro continúa siendo relevante, al albergar un faro que guía a navegantes y un radar para mantener la seguridad en las aguas del mar Caribe. Dividido en dos complejos militares, este peñasco ha sido ampliado y reforzado a lo largo de los años, desempeñando un papel crucial en la lucha por la independencia de España en el siglo XIX.
Visitar El Morro es un privilegio que requiere un permiso especial de instituciones de seguridad militar. Además de su importancia histórica y militar, este islote sagrado también es reconocido por las comunidades indígenas de la Sierra Nevada, que lo consideran un lugar para rituales y adoración.
Como escenario del largometraje "El Faro" dirigido por Pacho Bottía y patrocinado por la Universidad del Magdalena, El Morro ha contribuido a la riqueza cultural de Santa Marta. Este lugar emblemático forma parte de la hermosa Bahía de América, protagonizando los espectaculares atardeceres samarios a lo largo de los años.
El mamo kogui siendo visitado por paisas! en el pueblito tayku.
Visitar al Mamo, que es un líder espiritual y cultural en las comunidades indígenas de la Sierra Nevada, puede traer varios beneficios:
Conocimiento Cultural: El Mamo puede compartir conocimientos profundos sobre la cultura, las tradiciones y la cosmovisión de su comunidad indígena. Esto proporciona una comprensión más rica y auténtica de la historia y la identidad cultural de la región.
Consejos Espirituales: Los Mamos son considerados guías espirituales, y una visita puede ofrecer la oportunidad de recibir consejos y orientación espiritual. Pueden compartir enseñanzas sobre la conexión con la naturaleza, la importancia de la armonía y otros aspectos espirituales.
Participación en Rituales: Dependiendo de la situación y de la relación que se establezca, es posible que se te permita participar en rituales o ceremonias significativas para la comunidad. Esto brinda una experiencia única y respetuosa de la espiritualidad indígena.
Intercambio Cultural: La visita al Mamo puede ser una oportunidad para un intercambio cultural en el que ambas partes comparten sus experiencias, conocimientos y perspectivas. Esto fomenta la comprensión mutua y el respeto intercultural.
Apoyo a la Comunidad: Al interactuar con el Mamo y su comunidad, es posible que se contribuya al bienestar de la comunidad a través de intercambios justos y sostenibles, como la compra de artesanías o la participación en programas de turismo cultural responsable.
Es esencial abordar cualquier interacción con los Mamos con respeto y sensibilidad cultural, siguiendo sus protocolos y mostrando una actitud de apertura y aprendizaje. Antes de visitar una comunidad indígena, es aconsejable informarse sobre sus costumbres y seguir las pautas establecidas para garantizar una experiencia respetuosa y enriquecedora para ambas partes.
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